Como señaliza Ivone Gebara (Gebara, La Trinidad, 22), para muchas personas la Trinidad es algo abstracto y alejado de la realidad; algo que uno solo repite sin entender. Pero si lo estudiamos de perspectiva ecoteológica, vemos que sí puede enseñarnos mucho sobre las injusticias y sufrimientos y vida diaria de esta vida. Examinaré conceptos ecoteológicos de la trinidad en sí y de su importancia para nuestra vivencia real. Después veré individualmente nuevas imágenes y conceptos de las tres Personas de la Trinidad. Veremos tres temas principales: que Dios trino no solamente es mas allá pero también esta aquí con nosotros y nosotras y en toda creación (a través de la Trinidad es transcendente y inmanente); que el Dios trino ama entre sí y se relaciona de forma amorosa y saludable entre sí; y que esta relación interdependiente y amoroso se extiende a todo el universo.
TRINIDAD EN SÍ
El concepto de la Trinidad no ha sido uno que surgió de la noche a la mañana con la vida y resurrección de Jesus. Al contrario, llevó tiempo y lucha de las primeras generaciones cristianas para entender a Dios trino de esta forma (Boff, 208). Algunas formas de describir la Trinidad son: Padre, Hijo, y Espíritu Santo; Creador, Redentor, y Sustentador; o conceptos que introduce el ecoteología como Cosmología, Liberación y Sabiduría (Fox, 81); o el misterio invisible de Dios como primera Persona, lo físico y visible de Dios como segunda Persona, y el Espíritu como tercera Persona que procede de las primeras dos personas y da vida a todas las cosas (McFague, 162). Los aportes mas sobresalientes de la ecoteología sobre el concepto de la Trinidad son a) que la Trinidad nos muestra como todo lo creado existe fundamentalmente por relaciones entre toda creación, b) que podemos conocer estas relaciones interdependientes a través de nuestra experiencia vivida, y c) que en la Trinidad entendemos tanto la transcendencia como la inmanencia de Dios trino y vemos Dios en el mundo.
Examinemos primero la idea de que la Trinidad nos muestra relaciones sanas interdependientes, tanto entre Dios mismo como en todo el mundo y universo. Como es posible que hay tres partes únicos de Dios pero a la vez es uno solo? Leonardo Boff nos ofrece la idea que
“Los Únicos se relacionan entre sí tan absolutamente, se entrelazan de forma tan íntima, se aman de manera tan radical, que se unifican. …Según eso, hay un Dios-comunión-de-personas…tres Únicos y una sola comunión. …Lo expuso adecuadamente Juan Pablo II en su primera visita a América latina, el día 28 de enero de 1979 en Puebla, México: ‘Se ha dicho, de formal bella y profunda, que nuestro Dios en su misterio mas intimo no es una soledad sino una familia, ya que porta en sí mismo la paternidad, la filiación y la esencia de la familia que es el amor; ese amor, en la familia divina, es el Espiritu Santo.’ Dios-Trinidad es, por consiguiente, la relacionalidad por excelencia (Boff, 196).”
Saber que Dios se relaciona de forma excelente entre sí es importante para nuestra relación con la creación. Si creemos en un Dios en soledad que solamente relaciona en forma jerárquico con el mundo, y si creemos que somos los seres humanos la imagen de Dios, nos lleva a querer también dominar la tierra como creemos que Dios nos domina a nosotros y nosotras. Pero si entendemos a Dios como una comunión entre varias Personas, debemos también esforzarnos a relacionarnos con los demás y con la creación en una ‘comunión pluriestratica y policentrica (Moltmann, 16)’, y podemos empezar relacionarnos de forma más justa, respetuosa, y en conjunto.
No es una coincidencia que hablamos de una Trinidad en vez de una comunión de cuatro o diez. “El numero tres es un indicador de la pluralidad, símbolo de la riqueza inagotable y de la múltiple universalidad que caracteriza la vida. El numero tres es una convención que indica que somos muchos, que la vida es múltiple e impresionantemente diversificada (Gebara, La Trinidad, 27).” Además, con el numero tres encontramos “la idea de síntesis espiritual, la solución de los conflictos planteados por los dualismos, el nacimiento de los niños y la dialéctica sí-no a la vida… (Fox, 81).” Me hace pensar en cuanto mas fácil es discutir entre dos personas que cuando hay una tercera persona en la conversación que trae otra perspeciva. Me hace pensar también en las ideas de no-violencia presentadas por Walter Wink, de que Jesús nos presenta con una tercera opción a la vida y al conflicto – no solamente dominar o ser dominado, pero buscar reacciones creativas que señalan el reino de amor.
Gebara y Boff hablan de la Trinidad como una muestra de la diversidad dentro de la unidad.
“Trinidad es un lenguaje que construimos para tratar de expresar esa conciencia de ser multitud y, al mismo, tiempo, unidad. Es la palabra que indica nuestro común origen, nuestra común materia, nuestra común respiración universal dentro de nuestra inmensa diversidad que hace de cada una/o de nosotras/os, otra original y única, un camino dentro del gran camino de la vida. (Gebara, La Trinidad, 29).”
El concepto de diversidad y unidad se ve muy claramente cuando empezamos ver la reflexión de la Trinidad en el universo y en nuestra experiencia vivencial.
Donde está esta Dios Trinidad? N. T. Wright nos describe que el Cielo no es solamente un lugar arriba en los cielos, pero es la dimensión sagrada de lo que vemos como una realidad ordinaria (N.T. Wright, I-80). Entonces vemos la reflexión de lo relacional de la Trinidad en el cosmos. Vemos la unidad y diversidad en el universo: “Junto a la unidad (un solo cosmos, un solo planeta Tierra, una sola especie humana, etc.) rige también la diversidad (conglomerados galácticos, sistemas solares, biodiversidad y multiplicidad de razas, culturas e individuos) (Boff, 195).” “La Trinidad se presenta de este modo como una de las representaciones mas adecuadas del misterio del universo tal como lo interpretamos actualmente (entramado de relaciones, escenario de interdependencias, danza cósmica), un misterio descifrado como Dios (Boff, 197).” Todo el universo es el espacio que habita Dios: “[L]a espiritualidad creacional supera el dualismo Dios-mundo/persona-naturaleza/material-espíritu y hace una experiencia global de estar en el mundo como en su propia casa, en su cuerpo social y cósmico que son el templo de la Divinidad (Boff, 192).”
Ivone Gebara nos desafia a usar nuestra creatividad y imaginación para poder ver de forma mas cercana a Dios. Gebara refiere a Sandra Schneiders, quien dice que hemos reducido nuestra imagen de Dios ‘a un hombre viejo, a un hombre joven y a un pájaro (Gebara, La Trinidad, 26).’ Gebara insiste que debemos darnos cuenta de conocer a Dios a través de nuestra experiencia de vida, del universo, de nuestra historia. Incluso sugiere que la Trinidad no es algo para tomar literalmente pero es metáfora para hacernos entender algo mas grande. Ella reconoce salir de la tradición cristiana tradicional del concepto de Padre, Hijo y Espíritu Santo para ver temas de relación interdependiente en el mundo y universo también, y que viendo la Trinidad de esta forma expansiva podremos retomar nuestras creencias y valores mas profundas (Gebara, 34).
Vemos entonces algunas otras reflexiones de Dios trino relacional en la creación. En la clase hablamos del concepto de Dios como Vientre. Como en esta arte de Angelika comprado en Antigua, Guatemala, titulado “Madres creadoras”, podemos imaginar a Dios trino como nuestro sustento y fuente de vida, no solo como una relación de una persona a otra persona, pero como el universo y muchas manifestaciones de un solo Dios que están interconectadas y que nos dan la vida.
En los sentidos descritos hasta ahora en esta exposición, vemos la Trinidad en el Cosmos. La “estructura trinitaria” en el cosmos
“significa esta realidad que forma todo el Cosmos, toda la organización de la Vida, es decir, una realidad marcada al mismo tiempo por la multiplicidad y por la unidad, por la diferencia y por la articulación y la interdependencia entre todas las cosas. Estrellas, galaxias, planetas, satélites, atmosfera, mares, ríos, vientos, lluvias, nieve, montañas, volcanos…son expresiones de la creatividad múltiple del Universo, profundamente articulada e interdependiente entre sí (Gebara, La Trinidad, 35).”
Otra vez vemos la diversidad dentro de la unidad, y vemos que todos los elementos dependen de los demás. Lo mismo sobre la tierra, con la interdependencia entre “[p]lantas, animales, bosques, montañas, ríos, mares… (Gebara, La Trinidad, 35).”
Vemos la Trinidad también en los seres humanos:
“Blancos, negros, amarillos, indígenas, mestizos de hablar diverso, de diversas costumbres y tamaños, de sexos diferentes…La pluralidad que nos constituye como grupo humano es la Trinidad, es decir la expresión simbolica de esa realidad multiple y una, que es la realidad constitutiva de nuestro tejido vital. Y esa pluralidad es fundamental para que la propia vida humana pueda seguir su curso, para que las diferentes razas y culturas puedan desarrollarse, ayudarse mutuamente y entrar en comunión (Gebara, La Trinidad, 36).”
Además de las razas y culturas, vemos esta Trinidad dentro de nosotros y nosotras mismas. Cuando buscamos tomar tiempo a propósito en soledad como un acto espiritual, no es una sensación de estar a solas, mas es una sensación de buscar nuestra ‘voz interior’ y de darnos cuenta de las conexiones profundas que hay entre nosotros como individuos con toda la tierra y universo y con todas las demás personas. Nos damos cuenta que no podemos existir sin el aire, el agua, las plantas para comer, el amor y cariño de otras y otros, etc. No existiríamos si no fuera por nuestros ancestros y nuestros padres. (Gebara, La Trinidad, 36&38).
En estos sentidos extendidos de la Trinidad, sentidos en las cuales experimentamos la Trinidad concretamente en nuestras vidas diarias, encontramos también que hay mas que nos unifica con otras religiones de lo que nos divide. Incluso, según Boff, “[e]xiste un filón trinitario que atraviesa las grandes tradiciones religiosas de la humanidad (Boff, 195).” Gebara también enseña que “otros credos religiosos utilizan símbolos trinitarios, por ejemplo, los antiguos celtas que reconocen tanto al aspecto masculino como el femenino de Dios. La imagen femenina de Dios es una Trinidad simbolizada por tres mujeres que representan, cada una, aspectos esenciales de toda vía humana (Gebara, La Trinidad, 26).”
Una ecoteología que habla de la Trinidad nos recuerda que la fe cristiana va mas allá de solamente Jesucristo. Matthew Fox escribe responder cuando alguien le pregunta si cree en Jesucristo como su Señor y salvador, “Soy cristiano que cree en la Trinidad. Quienes piensan que el cristianismo trata únicamente de Jesús son, de hecho, heréticos. Niegan la divinidad trina (Fox, 79).” Si la fe cristiana habla de Dios, Creador; Jesús, Redentor; y Espíritu Santo, Santificador, entonces “[c]entrarse solamente en la redención del pecado es antropocéntrico y deja afuera la experiencia mística que tenemos de Dios en la Creación y del Espíritu en nuestro mundo (Fox, 80).” Olvidar el énfasis en el Dios Creador y el Espíritu que vivifica nos tiende a hacer alejarnos de la realidad de lo sagrado que existe en todo lo creado. Pero si acordamos que el Dios trino actuó para crear y seguir creando el mundo, con un misterio de Dios Padre, una “inteligibilidad” del Hijo and “comunión y amor” del Espiritu Santo, “todo aparece entreverado de relaciones, interdependencias y tramas de intercomuniones. El cosmos se manifiesta como un ejercicio de relaciones por haber sido creado a semejanza e imagen del Dios trinitario (Boff, 211-212). Y cuando vemos la Trinidad en toda nuestra experiencia de vida, en todo nuestro entorno en el mundo natural, cuando sentimos estas relaciones fundamentales que nos conectan con todas las cosas en la tierra, nos llevará a amar la naturaleza y cuidarla.
DIOS
Cuando enfocamos en la Persona de Dios Creador dentro de la Trinidad, la ecoteología nos enseña sobre la inmanencia de Dios, nos ofrece la imagen de Dios como cuerpo, y enfatiza Dios como Creador.
Tal vez el enfoque mas fuerte de la ecoteología es que Dios no solo está mas allá (transcendente), pero también está dentro de su creación y vive entre su creación (inmanencia). “Dios es el nombre que damos a ese misterio que nos envuelve por todas partes y que también nos desaborda por todos lados. …el misterio no se opone a la razón (Boff, 179-80).” En este sentido es mas fácil entendernos con cosmovisiones indígenas, que hablan de “la gran energía transformadora (Boff, 151).” Como hablamos en la clase, no estamos proponiendo un panteísmo, donde todo es dios, pero un panenteísmo, donde Dios está presente en todo. Dios pone a Dios mismo dentro de su creación. Este concepto “mutua interpenetración” se conoce como “pericóresis”: “Dios en todo y todo en Dios” (Boff, 193). Esta idea de la inmanencia de Dios es regresar a tradiciones tempranas de la fe judía-cristiana.
“Con ello no se desvía de las tradiciones bíblicas, sino que retorna a su verdad originaria: Dios el creador del cielo y de la tierra está presente en cada una de sus criaturas y en su comunión con la creación mediante su Espíritu cósmico. …Dios no es solo el creador del mundo, sino también el Espiritu del universo. Mediante las fuerzas y posibilidades del Espíritu, el Creador habita en sus criaturas, las vivifica, las mantiene en la existencia y las conduce al futuro de su Reino (Moltmann, 27).”
Se ha enfatizado tanto la transcendencia de Dios para combatir la idea de panteísmo que se ha perdido la idea de que Dios sí está presente; y porque tantas veces nos conviene olvidar la presencia de Dios cuando queremos sacudir la tierra para sacar sus minerales, contaminar sus aguas, y cortar su forma de respirar por los bosques (Moltmann, 27).
Otra imagen que nos ofrece la ecoteología es de Dios como cuerpo, no literalmente pero como metáfora. “Si Dios es físico, entonces lo divino se hace parte de lo diario, parte del dolor y placer de la existencia del cuerpo (McFague, 133, traducción mia).” En esta imagen, el mundo es el cuerpo de Dios, y vemos al Creador en la creación. Podemos imaginar entonces todos los animales, ríos, nubes, agua, etc. como encarnaciones de Dios (McFagua, 134). Otra vez vale decir que estas imagines nos llevan a
“tratar a la Tierra y a cada cosa que haya dentro de ella y al universo entero como tratamos a nuestro cuerpo, a cada órgano nuestro, cada emoción de nuestra alma y cada pensamiento de nuestra mente. Solo una relación personal con la Tierra nos hace amarla. Y si amamos a alguien no lo explotamos, sino que lo respetamos y veneramos (Boff, 153).”
Una tercera enseñanza de la ecoteología sobre de Dios es la énfasis en Dios como Creador del universo. Oímos muchos reportes de científicos que se asombran por la belleza y complejidad del cosmos y concluyen que solamente un ser supremo e inteligente puede haber creado esto. “Existe un minucioso calibrado de las medidas sin las cuales las estrellas jamás habrían surgido o ecolosionado la vida en el universo. Esta concepción presupone que el universo no es ciego, sino que está cargado de propósito e intencionalidad (Boff, 186).” La palabra ‘Dios’ en sanscrito viene de la palabra ‘Di’, “que significa brillar e iluminar (Boff, 180).” “El Creador es Aquel que llena el cosmos de belleza y poder, de luz y oscuridad, por todas partes, en un continuo acto creativo (Fox, 81).” “Dios el Creador es también el Artista de los artistas, el ‘artesano supremo [que] hizo el universo a modo de gigantesca citara sobre la que puso cuerdas para producir variedad de sonidos’ como escribió Honorio de Autun en el siglo XII. …[Es] la imaginación detrás de toda imaginación (Fox, 82).” ¿Y porque habrá Dios creado el universo? “Tal vez no exista ningún porque en un sentido meramente funcional. Es pura gratuidad y auto-irradiación divina, danza divina y teatro de la gloria del Creador, a semejanza de una flor que, según el místico Angelus Silesius, ‘florece porque florece, no se preocupa de si la ven o dejan de verla, ella es simplemente una flor.’ (Boff, 188)
JESUS
La ecoteología nos ofrece varias ideas de Cristo Jesús, incluyendo la idea de Cristo como representación de toda inmanencia, la idea de Jesús como Libertador, y la idea de Jesús como Sabiduría presente desde antes de la creación.
Una perspectiva ecoteológica de Cristo Jesús empieza recordándonos de los raíces de la palabra ‘cristo’ en griego o ‘mesías’ en hebreo. Boff nos enseña que estas palabras significan ‘ungido’ o ‘predestinado’. Incluso Boff dice que “[p]or sí misma ‘cristo’ no es una palabra que pueda dañar el ecumenismo entre las religiones. En lugar de ‘cristo’ se podría utilizar otro termino como Sofía-sabiduría, krishna, karma y carisma. Son todos ellos términos que poseen una dimensión cósmica (Boff, 224).” En la misma línea, McFague argumenta que lo que se ha desarrollado como el concepto principal de cristianismo, que Jesús fue la única encarnación de Dios en la tierra, basado en Juan 1:14a – Y aquel Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros - tal vez no es el lugar de enfocarnos. Mas bien tal vez debemos enfocarnos en ‘se hizo carne’ y ‘vivió entre nosotros,’ donde vemos que Dios esta encarnado.
“No es el aserto exclusivo que importa, porque uno imaginaría que la fuente, poder, y meta del universo, su vida y respiro, su energía vivificante, estaría encarnada en muchas formas a través de extensos espacios. Mas bien, es tanto la disponibilidad concreta y física (‘se hizo carne’) y la similtud a nosotros mismos, un ser humano (‘habitó entre nosotros’) que importan (McFague, 160, traducción mía).”
De esta forma podemos entender a Jesucristo como el cumplimiento de la inmanencia de Dios en su creación. “La radicalización de la encarnación ve a Jesús no como absurdo, como una enigma, pero como una paradigma o culminación de la forma divina de encarnación (McFague, 133, traducción mía).”
Una segunda perspectiva de Jesus que provee la ecoteología es Jesus como Libertador. Se ve en la declaración de Jesus en Lucas 4:18: ‘El espíritu del Señor me ha sido concedido, pues Dios me ha ungido, me ha enviado para traer buenas noticias a los pobres, para proclamar la libertad de los cautivos y para los ciegos, nueva visión, para liberar a los pisoteados, para proclamar el año de gracia del Señor’. Como hablamos en la clase, vemos en Jesus las raíces de ecojusticia – y como la justicia para el medio ambiente afecta directamente a la justicia para seres humanos, y viceversa. La resurrección de Jesús entonces representa ‘una completa reconciliación’ entre Dios y la creación, incluyendo a los victimas y las y los que sufren:
“[La resurrección] no ocurre con la vida de un Cesar que además de dominar el presente pretende conquistar el futuro, sino con la de un crucificado. Esto quiere decir que la plenificación de la vida se realiza en alguien que procede del seno de las víctimas de la evolución, de entre los excluidos y relegados. Él los representa (Boff, 229-230).”
Dios se encarna en Jesus, no identificando principalmente con los poderosos, pero con los marginados, los pobres, los que sufren.
Y una tercera imagen de Jesús en la ecoteología es de un ser quien ha existido desde el inicio de los tiempos y quien representa la Sabiduría. Boff señala que en Colosenses 1:16-17, vemos que Jesús participó en la creación: ‘En él fueron creadas todas las cosas, las del cielo y las de la tierra…, todo fue creado por él y para él; él es antes de todo y todo subsiste en él.’ Boff nota que vemos los origines de Jesus antes de la creación también en Juan: ‘En el principio la Palabra existía y la Palabra estaba con Dios y la Palabra era Dios…Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuano se hizo’ (Jn 1, 1-3). En varias citas mas vemos la antigüedad de Jesus:
“Las raíces de Jesús, según la versión de San Mateo, alcanzan la mas remota antigüedad, llegan hasta Abraham, padre del pueblo hebreo (Mat 1, 1-17). San Lucas ve toda la historia de la humanidad, que comienza con Adán, relacionada con la vida de Jesús (Lc 3, 23-38). San Juan retrotrae los orígenes de Jesús, el Cristo, hasta el interior del misterio del mismo Dios: ‘en el principio era el Verbo…el Verbo era Dios…y el Verbo se hizo carne’ (Jn 1, 1-14). San Pablo, en el año 50, cuando escribe la primera carta a los Corintios, anterior a los mismos evangelios, da testimonio de la creencia de que Jesucristo tiene que ver con el misterio de la creación: ‘Por tanto tenemos solo un Dios, el Padre, de quien todo procede y para el cual existimos, y un solo Señor Jesucristo por quien todo existe y por quien nosotros somos’ (1 Cor 8,6). Se ve a Cristo como la Sabiduría que estaba en Dios antes de la creación del mundo y por medio de la cual se han hecho todas las cosas (cf. Prov 8). Él es el medio divino en el cual todo lo que existe subsiste y persiste (cf. Col 1, 17) (Boff, 221-222).”
ESPÍRITU SANTO
Para entender el Espíritu santo presentado desde la ecoteología, hay que examinar el raíz Ruaj del Espíritu, hay que ver el papel central del Espíritu en la creación inicial y continua, y hay que ver que el Espíritu crea comunión y armonía.
Empecemos con el concepto de Ruaj, la palabra femenina hebrea que significa ‘espíritu’ y que aparece 389 veces en el Antiguo Testamento (Boff, 203). Viene del raíz rwh,
“que significa primitivamente no el soplo y el viento, como se admitía generalmente, sino el espacio atmosférico existente entre el cielo y la tierra, que puede estar en calma o agitado. Por derivación significa también desdoblamiento y amplificación, expansión y extensión del espacio vital. En sentido propio ruaj significa entonces el ambiente vital del que el ser humano y los animales o cualquier otro ser vivo beben la vida (Boff, 203).”
En la línea de ecoteología de comparar las ideas teológicas con lo que realmente vivimos, podemos pensar en nuestra respiración como esta expansión y extensión del ambiente. Y nos acuerda Boff que la tradición no es solamente que respiren los seres humanos pero también toda la tierra respira en el viento o la leve brisa. (Boff, 203) Este ruaj espíritu ha existido desde los inicios de tiempo. “El espíritu en cuanto fuerza cósmica y energía vital sopla donde quiere y llena de energía a toda la cosmogénesis (Boff, 205).
Igual que de Dios y Cristo, un enfoque ecológico señala el papel central del Espíritu en la creación. Vemos al Espíritu ruaj desde el principio de Génesis cuando movía sobre los aguas. “Ruaj es la fuerza cósmica, originaria, que todo lo llena y anima. Es creadora y ordenadora (Boff, 203).” Dios no crea solo el universo, pero lo hace a través del Espíritu. Ya tomamos estas palabras de Moltmann para mostrar la inmanencia de Dios, pero vale la pena repetir el papel del espíritu en la creación: “Mediante las fuerzas y posibilidades del Espíritu, el Creador habita en sus criaturas, las vivifica, las mantiene en la existencia y las conduce al futuro de su Reino. En este sentido, la historia de la creación es la historia de la actuación del Espíritu divino (Moltmann, 27).” Es fácil perder de vista en un mundo donde tratamos de definir como funcionan todas las cosas y así quitarles su aspecto sagrado. “Desde un punto de vista teológico, la concepción masculina de la soberanía de Dios suplantó a la anterior idea, femenina, del ‘alma del mundo’ (Moltmann, 111).” Este espíritu fue presente al inicio de la creación y sigue creando.
“El espíritu que mantiene nuestro poder de reverdecer, nuestra humedad y nuestra fertilidad (engendró a Isaac en el vientre de Sarah cuando ella era demasiado anciana para gestar hijos; engendró a Jesus en el vientre de María sin intervención masculina; engendrará nuevas imágenes, nuevas formas y nuevas estructuras sociales y psíquicas en todos los que nos sentimos parte de una civilización aparentemente demasiado vieja como para empezar de cero); el espíritu de la Creación Nueva; el espíritu abierto a todos, especialmente a los pobres, a los marginados… (Fox, 90).”
En el mismo sentido de que el Espíritu sigue impulsando nueva creación, otra palabra repetida por los autores de ecoteología es que el Espíritu ‘vivifica’.
Calvino ha sido uno de los pocos que ha recogido y sostenido esa concepción: …El Espíritu santo, ‘que vivifica’ (Niceno) es para Calvino la ‘fuente de la vida’ (fons vitae). Si el Espíritu santo es ‘derramado’ sobre toda criatura, entonces la ‘fuente de la vida’ esta presente en todo lo que es y vive. Todo cuanto existe y vive, manifiesta la presencia de esta divina ‘fuente de la vida’ (Moltmann, 24).”
Todo lo que existe tiene vida a través del Espíritu santo, Ruaj.
Además, regresando al tema de comunión e interdependencia entre todo lo que existe, vemos que “[e]l Espíritu es el principio holístico. En cada estadio de la evolución crea influencias reciprocas, coincidencias en estas influencias reciprocas, pericóresis reciprocas y, por tanto, vida comunitaria y cooperativa. El Espíritu de Dios es el ‘Espíritu común’ de la creación (Moltmann, 114).”
Si el Espíritu santo es ‘derramado’ en toda la creación, ese Espíritu crea la comunión de todas las creaturas con Dios y entre ellas, y la convierte en aquella comunión de la creación en la que todas las creaturas se comunican con Dios y entre sí cada una a su manera. La existencia, la vida y el tejido de las relaciones recíprocas subsisten en el Espíritu: ‘En el vivimos, nos movemos y existimos’ (Hecho 17, 28). …Porque nada existe, vive y se mueve en el mundo de por sí. Todo existe, vive y se mueve en otros, con otros, para otros, en las conexiones cósmicas del Espíritu divino. …El ‘ser’ de la creación en el Espíritu es, pues, la cooperación, y las conexiones manifiestan la presencia del Espíritu en la medida en que permiten conocer la ‘armonía global’. ‘En el principio era la relación’ (M. Buber) (Moltmann, 24-25).”
CONCLUSION
Para concluir, resaltamos los temas recurrentes que nos presenta la ecoteología sobre la Trinidad. En todos los artículos de los diferentes autores vemos que Dios no es un ser lejos de nosotros y nosotras, pero está aquí presente en todo lo que hay, en todas las relaciones en el cosmos, en la naturaleza, en los seres humanos. Entendemos que Dios Creador, Hijo Libertador, y Espíritu Santo de comunión fueron presentes en la creación del mundo y del universo, cada uno con su papel critica, y que a través de Cristo nos muestra su inmanencia en el mundo y a través del Espíritu nos sigue dando vida y nos sigue uniendo.
Para mí personalmente ha sido muy significativo estudiar sobre la ecoteología y ampliar mi entendimiento de la Trinidad, en la cual antes no ponía mucha atención detallada. Lo que escribieron los autores y lo que recogí en este trabajo tiene sentido y hace sentir mas cerca y mas real nuestro Dios.
Nos lleva a reforzar de nuevo la idea de que la salvación no es solamente en el otro mundo pero que tenemos que pedir a Dios en este mundo para que nos de la salud a nosotros y nosotras y además a toda la creación; y tenemos que participar cuando ese Dios trino nos llama a ser actores responsables en el mundo para que sigue con vida en abundancia.
BIBLIOGRAFIA
Boff, Leonardo. Grito de la Tierra, Grito de los Pobres. Buenons Aires: Editorial LUMEN, 1996.
Fox, Matthew. Espiritualidad de la Creación, dones de liberación para los pueblos de la tierra. Buenos Aires: Uriel Satori Editores de Reiki, 2003.
Gebara, Ivone. “La Trinidad vista desde una perspectiva ecofeminista.” En Mujeres Sanando La Tierra: Ecologia, Feminismo y Religion. Rosemary Radford Ruether, editora. Santiago de Chile: Sello Azul, 1996.
McFague, Sallie. The Body of God: an ecological theology. Minneapolis, MN: Augsburg Fortress, 1993.
Moltmann, Jurgen. Dios en la Creación: doctrina ecológica de la creación. Salamanca: Ediciones Sígueme, 1987.
Wright, N.T. “Jesus is Coming – Plant a Tree!” En The Green Bible.