Introducción
El cielo se refiere a todos los ámbitos de la creación sobre y alrededor de la Tierra. Es cielo específicamente se refiere a todos los ámbitos cercanos a la Tierra – el viento, las nubes, el aire – la atmósfera. Es importante notar que el termino traducido como “cielos” en el Antiguo Testamento normalmente se refiere a cielo, no algún domicilio o residencia de Dios allá arriba. Es el cielo en el Salmo 19 que proclama la gloria de Dios, la presencia visible de Dios en la Tierra.
Entorno
Es apropiado crear un sentido del cielo en el santuario con varios símbolos de ámbitos alrededor de la Tierra – estrellas, galaxias, nubes. Imágenes del amanecer, la luz de la luna, y tormentas, pueden ser proyectadas en pantallas. El foco especial abajo sugiere que nosotros ensartamos banderas de oración o serpentinas a través del cielo sobre los miembros del culto.
Foco Especial
Un foco especial para éste servicio es el uso de banderas de oración en todos los colores del arcoiris. En varias culturas, las banderas con oraciones escritas en ellas son ondeadas o suspendidas en cuerdas en el aire para que el viento cargue las oraciones a Dios. El espíritu en el viento nos ayuda a dirigir nuestras oraciones a los cielos. Cada person puede desear escribir su propia oración en una bandera de oración estándar que está suspendida en cuerdas sobre el altar o sobre los miembros del culto. Los niños también pueden traer banderas, agitarlas u ondearlas en la procesión, y colocarlas en cajas de arena alrededor del altar. Estas oraciones pueden reflejar nuestra preocupación o interés por la creación: “Ayuda a sanar la creación.” “Ayúdanos a conservar los árboles.” “Ayúdanos a salvar los árboles.”
Temas
En nuestro llamado a la adoración invitamos a todos los ámbitos del cielo a alabar con nosotros. En nuestra confesión, recordamos como hemos contaminado la atmósfera. En las lecturas, nos volvemos concientes de los cielos no solo para anunciar la presencia de Dios en la Tierra, pero también que los cielos se lamentan cuando la Tierra abajo es lastimada. Más específicamente, el cielo se lamenta cuando Cristo cuelga en la cruz. Los cielos están entonados con la presencia de Dios revelada en la Tierra, así sea en majestuosidad o en miseria.
Lecturas Opcionales
Otra liturgia del cielo, la cual trata sobre las tradiciones de los Indígenas Americanos, se titula Song of the Sky (Canto del Cielo) y aparece en Seven Songs of Creation (Siete Canciones de Creación), publicado por Pilgrim Press (2004).
DOMINGO DEL CIELO
- Señor de los soles y las estrellas, de galaxias que explotan y de cielos como remolinos, donde escoges mostrar tu gloria y tomar a los cielos por sorpresa. Señor de vientos solares y de sabiduría, de super estrellas que retan nuestra mente, escoger tan frágil planeta difícilmente parece un gran diseño.
- En esta pieza de polvo de estrellas arremolinándose, en este lugar que gira en el espacio, la vida misma nació como la música, cuando mostraste tu rostro oculto. Que honor ser escogidos, planeta silencioso azul y verde, lleno de gloria, gracia y jardines, donde el aliento de Dios es visto.
- Lo que es aún más increible es que hemos envenenado la Tierra como tontos. Ayúdanos a cambiar nuestros hábitos de vida, a amar a la Tierra y amar sus reglas. Ayúdanos a contener la marea de comerciantes dejando a la Tierra como una tienda vacía; únete a nosotros ahora Espíritu Creador, ven a renovar tu Tierra una vez más.
Palabras: © Norman Habel 1999
Tercer Domingo en la Epoca de la Creación
Domingo del Planeta Tierra
Alabamos con los Cielos de Arriba
REUNIENDONOS EN NOMBRE DE DIOS
Este Domingo adoramos con los cielos. Celebramos con las nubes, los vientos, el atardecer y el amanecer. Escuchamos los sonidos del cielo proclamando la presencia de Dios. Nos sentimos sobrecogidos ante los bastos alcances del espacio sobre nosotros y le damos gracias a Dios por ésta frágil pieza de polvo de estrellas que llamamos Tierra.
Un salmo, himno, o himno nacional puede ser cantado cuando los ministros que presiden entre o después del saludo.
Una Invocación, tal como la que sigue, puede ser dicha antes o después del saludo.
En el nombre de Dios, quien le da color a los cielos,
el nombre de Cristo, quien murió bajo cielos oscuros,
y el nombre del Espíritu, el viento en el cielo. Amén.
Santo! Santo! Santo! La Tierra esta llena con la presencia de Dios.
El Saludo. El/La ministro que preside saluda a la gente en estas o otras palabras apropiadas.
Que el Señor este con ustedes.
Y con tu espíritu.
Estas o respuestas parecidas son usadas.
Cristo, nos reunimos en tu nombre
para alabar en este santuario llamado Tierra,
un planeta lleno de tu presencia,
temblando en los bosques,
vibrando en la tierra,
pulsando en la selva,
brillando en los ríos.
Dios, revélate ante nosotros en este lugar
y muéstranos tu rostro en toda la creación.
Santo! Santo! Santo! La Tierra esta llena con tu presencia.
Una Invitación. El/La ministro o miembros de la congregación pueden invitar a criaturas de las montañas a adorar en éstas u otras palabras similares.
Invitamos a los cielos a adorar con nosotros(as):
Los sutiles cielos naranjas del amanecer
y los fuertes cielos rojos del atardecer,
Nos unimos a los cielos para alabar a Dios:
Proclamando la gloria de Dios a través del globo
y exclamando el nombre de Dios con las estrellas de la noche.
Nos unimos con la atmósfera en alabanza:
El aire, la humedad, el oxígeno, el viento,
y todas las expresiones del Espíritu de Dios.
Llamámos a las nubes para celebrar con las tormentas:
A cargar las gotas de lluvia que dan vida,
que dan esperanza y sanación a la Tierra.
Invitamos a los vientos a unirse a nuestras peticiones:
A llevar nuestras oraciones a Dios arriba
y de respirar nuestras esperanzas a Cristo en persona.
Celebramos el canto de los cielos!
Canten! Cielos! Canten!
Un himno o canción puede seguir que celebre la creación, especialmente el ámbito del cielo. Los niños u otros miembros de la congregación pueden entrar a la iglesia ondeando banderas de oración en las cuales oraciones para partes de la creación han sido escritas. Estas banderas pueden ser suspendidas sobre el santuario o sobre los miembros del culto.
CONFESION Y ABSOLUCION
Un recordar. Una pequeña hoja de romero, o una hoja de un árbol o algún símbolo puede ser usado como recordatorio de nuestra conección con la creación.
Mientras frotamos este símbolo en nuestras manos recordamos ocaciones en las que hemos estado sorprendidos por el cielo, tanto de noche como de día.
Oh Dios, te damos gracias por las maravillas de los cielos y por el esplendor de los cielos.
Recordamos y confesamos como hemos contaminado nuestros cielos con toxinas.
Cristo, que ascendió hacia una nube, escucha nuestra súplica.
Una confesión.
Recordamos y confesamos que hemos convertido el cielo que nos rodea en un nuevo dominio para ser conquistado, en vez de una presencia que nos protege.
Lo sentimos. Hemos contaminado la atmósfera con desechos, hemos reducido la capa de ozono que nos protege, hemos llenado nuestros cielos con toxinas flotantes. Lo sentimos. Lo sentimos.
Lo sentimos.
Lo sentimos. Lo sentimos.
La Absolución. La gente se puede sentar en silencio o pueden nombrar en voz alta pecados contra la atmósfera. El ministro que preside declara la absolución.
Cristo escucha tú confesión desde la cruz y perdona tus pecados en contra de la atmósfera.
Cristo, enséñanos a amar los cielos que nos rodean y a sostener a nuestro planeta.
Yo hablo por Cristo:
Te invito a que vengas a tu hogar la Tierra
regocijándote bajo sus cielos.
Shalom! Shalom! Volvemos a nuestro hogar!
El Cristo Ten Piedad. El/La ministro puede sumar el Cristo Ten Piedad (Kyrie Eleison).
A medida que venimos a casa a la Tierra,
Cristo, ten piedad.
A medida que buscamos amar nuestro hogar,
Cristo, ten piedad.
A medida que buscamos cuidar nuestro planeta,
Cristo, ten piedad.
El Gloria in Excelsis, un himno apropiado o alabanza o la siguiente invocación puede ser dicho o cantado.
Gloria a Dios en las alturas!
Y en la Tierra paz para toda la creación!
La Ofrenda del Día. El/La ministro que preside puede decir:
Oremos.
Dios, nuestro Creador, mientras vemos los cielos, celebramos las maravillas de los mundos que nos rodean. Ayúdanos a ver tu presencia en el cielo de la noche, tu espíritu en el viento, tu piedad en la lluvia que cae. Enséñanos a escuchar las buenas nuevas del cielo celebrando la gloria de Dios en la Tierra. Regocíjate con nosotros(as) mientras que contemplamos el amanecer revelando los misterios de los cielos encima y debajo de la Tierra. En el nombre de Cristo, quien une el cielo y la Tierra. Amén.
EL MINISTERIO DE LA PALABRA
Todos pueden sentarse para las primeras tres lecturas del Tercer Domingo en la Creación y levantarse para el Evangelio. Después de cada lectura, el lector puede decir:
Palabra de Dios.
Te alabamos Señor.
Una lectura de Jeremías 4:23-28.
‘Cuando los cielos se lamentan’. Jeremías ve a la Tierra regresar al caos y los cielos responden lamentándose.
Salmo 19:1-6
‘Buenas Nuevas del cielo’. El Salmista declara que el cielo anuncia la presencia de Dios en la Tierra, y el espacio proclama el trabajo de las manos de Dios.
Una lectura del Epístola de Pablo a los Filipenses 2:9-13
‘Jesús es ahora el Cristo Cósmico.’ Jesucristo, después de ser humillado en su muerte, es exaltado por sobre de cualquier nombre.
El Evangelio de nuestro Señor Jesucristo de acuerdo a Marcos 15:33-39
Gloria a ti, Señor Jesucristo.
‘Tres horas de oscuridad.’ Cuando Jesús cuelga en la cruz, el cielo se pone negro en compasión.
Este es el Evangelio del Señor.
Alabado seas, Señor Jesucristo.
Un charla para los niños: Puede contarse una historia sobre el planeta tierra. Un himno o cántico para los niños puede ser cantado.
La Afirmación de la Fe. El Credo de los Apóstoles o el Credo Niceno puede ser recitado aquí o después del sermón, o ésta afirmación de fe puede ser usada.
Dios crea todas las cosas,
renueva todas las cosas, y celebra todas las cosas.
En esto creemos.
La Tierra es un santuario,
un planeta sagrado lleno con la presencia de Dios,
un hogar para que lo compartamos con nuestros familiares y amigos.
En esto creemos.
Dios se convirtió en carne y sangre,
una parte de la Tierra,
un ser humano llamado Jesucristo,
que vivió y respiró y habló entre nosotros,
sufrió y murió en la cruz
por todos los seres humanos y por toda la creación.
En esto creemos.
El Jesús resucitado
es el Cristo en el centro de la creación,
reconciliando todas las cosas para Dios,
renovando toda la creación y llenando el cosmos.
En esto creemos.
El Espíritu Santo renueva la vida en la creación,
gime en solidaridad con una creación que sufre,
y espera con nosotros por el renacimiento de la creación.
En esto creemos.
Creemos que con Cristo nos levantaremos
y con Cristo celebraremos una nueva creación.
Un Sermón. Esto puede ser seguido por un tiempo de reflexión de la congregación que envuelva preguntas y discusión y mutuo estímulo. El sermón puede ser seguido por un himno que refleje el mensaje del sermón.
LAS ORACIONES DEL PUEBLO
Las Oraciones. Uno o más miembros de la congregación pueden conducir a la gente en oración. Las oraciones concluyen con la siguiente oración o alguna otra oración que sea apropiada.
Jesucristo, enséñanos a ser uno(a) con la Tierra. Haz nuestros espíritus sensibles al llanto de la creación, al llanto de justicia por el aire, las nubes, y el cielo. Jesucristo, haz nuestra fe sensible a los gemidos del Espíritu en la creación, a los gemidos anhelando una nueva creación. Jesucristo, haz nuestro corazones sensibles a los cantos de nuestro prójimo(a), a los cantos de celebración de las estrellas, las lluvias, y la luz. Cristo, enséñanos a cuidar. Amén.
Un himno o canción puede ser cantado.
EL SALUDO DE LA PAZ
Cristo nos ha reconciliado con Dios en un cuerpo por la cruz.
Nos reunimos en el nombre de Cristo y compartimos la paz de Dios.
Que la Paz de el Señor esté siempre con ustedes.
Y con tu espíritu.
El Saludo de la Paz puede ser compartido por la gente, después del cual los regalos de la gente son traídos a la mesa del Señor. Pueden ser representados en silencio, o con una oración apropiada, como la siguiente.
Dios, nuestro Creador, a través de tu amor nos has dado estos regalos para compartir. Acepta nuestra ofrendas como una expresión de nuestro profundo agradecimiento y como símbolos de nuestra preocupación por aquellos en necesidad, incluyendo a nuestras criaturas del planeta Tierra.
Con toda la creación alabamos a nuestra creación.
LA GRAN ACCION DE GRACIAS
Una Oración de Acción de Gracias. El/La ministro que preside toma el pan y el vino para la comunión, los coloca en la mesa del Señor, y dice la siguiente u otra Oración de Acción de Gracias.
Que el Creador esté con ustedes y con toda la creación.
Y con tu espíritu.
Abran sus corazones.
Las abrimos a nuestro Creador.
Demos gracias al Fabricante del cielo y la Tierra.
Está bien unirnos a la creación para agradecer a Dios.
Está bien darte gracias, amado Creador. Tu palabra es el impulso para que todas las cosas sean, para que el espacio, las estrellas, y el polvo de estrellas aparezcan, para que la Tierra emerja de las profundidades, para que la vida nazca en la Tierra, y para que los humanos nazcan de la Tierra y del Espíritu.
Tu Espíritu es el impulso de vida de todas las cosas, renovando el baldío y sanando al herido, gimiendo en anticipo de una nueva creación, conmoviendo una nueva vida nacida del agua y del Espíritu.
Decides nacer como un ser humano, volverte parte de la Tierra, sufrir, morir, y resucitar de la muerte – para redimir a la raza humana, para renovar la creación, y para afirmar todo lo nacido de la Tierra y del Espíritu.
Tu presencia es el impulso vivo de todas las cosas, el Cristo profundamente dentro de nosotros, llenando la Tierra – tierra, mar, y aire – llenando cada elemento y lugar, llenando el grano y la uva que compartimos contigo en éste día.
Por lo tanto, con los ángeles y los arcángeles, con las voces antiguas en el bosque, con las altas voces del cielo, con las profundas voces del mar, y con la compañía de la creación, proclamamos tu presencia entre nosotros.
Santo, santo, sango, Dios de toda la vida,
la Tierra y el mar y el cielo están llenos de tu presencia
y glorifican tu nombre. Amén.
La Consagración El/La ministro que preside dice una oración autorizada de consagración palabras de la institución, o cualquier otra oración apropiada.
El Padre Nuestro, si no se ha usado ya, puede ser dicho aquí o después de la comunión.
PARTIENDO EL PAN Y LA COMUNION
La Invitación. El/La ministro que preside parte el pan. La siguiente invitación puede ser dicha:
Vengan, porque todas las cosas ya están listas.
Vengan a la mesa a compartir con todos los necesitados:
El regalo de sanar a aquellos que sufren,
el regalo de perdonar a aquellos que pecan,
el regalo de asegurar a aquellos en duda,
y el regalo de la esperanza para aquellos en lágrimas.
Que nosotros que compartimos estos regalos
compartamos a Cristo unos con los otros
y con toda nuestra gente.
Durante la comunión, varios salmos, himnos, o himnos nacionales pueden ser cantados, incluyendo el siguiente:
Cordero de Dios, que quitas el pecado contra Dios,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado contra la Tierra,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
recibe nuestra oración.
La Distribución. La gente recibe la Sagrada Comunión. Mientras regresan a sus asientos, pueden encender una vela en memoria de seres queridos que fallecieron o de su gente en el planeta que se ha extinguido.
EL ENVIANDO DE LA GENTE DE DIOS
El/La ministro que preside dice:
Demos gracias por estos alimentos.
Te damos gracias, Cristo, por el alimenta que celebramos contigo, y oramos para que a través de tu cuerpo y sangre podamos ser sanados y nos convirtamos en agentes de sanación para la Tierra. Amén.
La Comisión. Los miembros de la Tierra cuidan o el equipo de ministerio de la Tierra puede anunciar planes prácticos para el cuidado de la Tierra patrocinados por la congregación. La congregación puede ser comisionada para el ministerio del planeta Tierra.
Cristo nos llama a ser sus discípulos, a servirle con amor y compasión, a servir a la Tierra cuidando a la creación, especialmente la atmósfera arriba que da aliento a todas las criaturas en la Tierra.
Seguiremos a nuestro Señor crucificado, escuchando los alaridos de injusticia de la Tierra y el gemido de la creación.
Cuidaremos a la creación, honrando a los cielos y celebrando la vida.
Un himno de alabanza puede ser cantado aquí o después de la despedida.
La Bendición. El/La ministro que preside dice ésta u otra bendición apropiada:
Ahora que el poder penetrante del cuerpo de Jesucristo y la sangre lleguen profundamente a tu corazón, tu mente, y tu cuerpo para sanar las heridas, y a través de ti, traiga poder a la Tierra, en nombre de Jesús.
Amén.
ó
Que el Espíritu de Dios, que está sobre todo y en todo y a través de todo, los llene con el conocimiento de la presencia de Dios en la Tierra y con el pulsar de Cristo en la creación,
A través de quien todas las cosas son reconciliadas y renovadas.
Amén.
El/La ministro que preside u otro ministro puede decir:
Vayan en paz,
sirviendo a Cristo y amando a la Tierra!
Nos vamos en paz, sirviendo a Cristo y amando la Tierra.
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