Escrito por el Rev. Peter Sawtell, Director Ejecutivo, Ministros de Eco-Justicia
Del Boletín de Noticias de la Comisión Ambientalista,
Cónsul de Iglesias de Colorado, Enero del 2000.
Un/a pastor/a de una iglesia local que quiere “predicar sobre el ambiente” enfrenta muchos problemas. La falta de entrenamiento puede hacer difícil que pueda referirse a los asuntos técnicos. El asumir ciertos temas puede revolver controversias en la iglesia. Una noción más amplia de lo que puede abarcar el predicar sobre el ambiente, nos puede dar más opciones.
Lo que la mayoría de nosotros llamamos “predicar sobre el ambiente” es lo mismo que la “predicación sobre un tema”. Esta coloca un énfasis en asuntos de política pública, y trata de traer una perspectiva moral y teológica al debate. Los sermones sobre el calentamiento global, desechos tóxicos, expansión urbana y preservación de áreas naturales, calzan dentro de esta categoría. Al predicar sobre un tema el/la pastor/a usualmente tiene que respaldarse en los expertos en el campo de la política para deletrear las opciones; el pastor puede entonces evaluar aquellas opciones desde una perspectiva ética. Mientras que predicar sobre un tema tiene la capacidad de fomentar la participación de los feligreses en el mundo, también guarda el potencial de ofender a otros.
En un nivel aún más profundo, hay predicaciones importantes donde el foco directo no es la “naturaleza” o “el ambiente”, pero el cual es esencial para sustentar la lucha ambientalista en la iglesia. Esta predicación embarca profundamente temas pastorales que preocupan, y pueden inclusive paralizar a aquellos que están en contacto con la angustia de la tierra. A medida que participamos en la destrucción de la tierra, individual y colectivamente, la iglesia necesita hablarle al pecado, a la culpa, al arrepentimiento, al perdón y a la gracia.
Necesitamos encontrar nuevos mensajes sobre la indignación y la esperanza al enfrentar los enormes poderes que están dando forma a nuestro mundo. Ante la rápida extinción de especies, la pérdida de habitats, de áreas naturales, y los profundos cambios del ambiente global, los sermones pastorales deben hablar sobre el lamento y la pérdida en formas que nos traigan a una resistencia activa, no a una aceptación silenciosa.
Aquí, una vez más, el/la pastor/a es un/a experto/a en los temas que necesitan ser embarcados. La iglesia puede ser fortalecida, más que dividida, por tal mensaje.
El mensaje fiel y pastoral habla no sólo a aquellos que trabajarán en asuntos ambientales. El mensaje podría aplicarse a un ámplio rango de temas personales y sociales. Por ejemplo, un sermón que hable sobre una profunda lamentación, la cual motiva al cambio, puede ser ilustrada por una variedad de asuntos como por ejemplo: la fundación de Madres Contra Conductores Ebrios. Esta es una respuesta a las muertes de adolescentes en accidentes de tránsito. La pérdida de vidas inocentes también ha creado el esfuerzo internacional de prohibir minas escondidas en zonas de guerra. En todos estos casos, el dolor ante enormes pérdidas, nos ha estimulado a tomar acciones efectivas para el cambio.
Hay un tiempo y un lugar para predicar desde cada una de estas capas temáticas. Predicar sobre un tema es la manera más visible para predicar sobre el tema del ambiente, pero predicar desde los otros dos aspectos ser mucho más importante para proveer una base de promesa y esperanza, lo cual permite a los cristianos mantenerse trabajando por el bien de la creación de Dios.
Peter Sawtell
Presbyterians for Restoring Creation
muy bueno el blog, saludos
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